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domingo, 7 de septiembre de 2014

Las Meninas de Ferrol, los abducidos de Santiago, y la madre que nos parió.

Circula por la red un rumor, que aunque me abruma, al mismo tiempo me agrada; el cual dice, ajustándose a justicia, que soy uno de esos tipos atractivos y carismáticos, que ha puesto de moda la barba pelegrina e indigente, con reservas espaciosas para las sobras de comida, y la ropa ecléctica, mezclando un zapato de charol con unos vaqueros revenidos, y unas bermudas de paseo con una camisita de boda o domingo de Ramos. Y, como digo aunque abrumado, también me siento muy honrado, de que las señoras de bien, y también, las que más bien son picaruelas, picantonas y promiscuas me tengan en su ranking especial de fantasías dactirales.

Las Meninas vuelven a Ferrol, al barrio de Canido, un año más, aunque cabría preguntarse si alguna vez desde que aparecieron se habían ido. Yo, que soy mucho, de gastar gasolina recorriendo el centro de Ferrol por Canido, las veo sinuosas y serpenteantes, durante todo el año, en esas añejas, por no decir viejas fachadas de un antiguo barrio, que con tiritas y buenas artes de arquitectura callejera por parte de sus vecinos, mantiene en pie. Otra cosa, es que la autoridad competente tome cartas en el asunto, antes de que éste, el asunto, se venga abajo, y se haga miguitas de pan y cascote que se pirrarán las gaviotas de fieros ojos azules. Que no se “escoñe” como la casa de Carballo Calero, y acabe para el arrastre… de escombros. Me pregunto qué pasaría y qué pensarían los miles de peregrinos que llegan a Santiago de Compostela, y su casco histórico se cayera a cachos y trozos. ¿Alguien puede imaginar ver la “Berenguela” rodando por la plaza de la Quintana? ¿Y el muro de las “Pelayas” “emboquetado” dejando ver las vergüenzas e intimidades de las monjitas? Y, ¿qué es eso que rueda? ¡Ah, sí!, las uvas de la Casa de la Parra, que se convertirían en las “uvas de la ira”, rodando que te rueda escalerillas a bajo… Y podría seguir… pero para qué, si en llegando a Ferrol los cruceros de teutones y normandos, los apelotonan en autobuses de cortinillas bajadas, y se los llevan apresurados para que no contemplen lo que se les avecina…

(Ex Casa del Escritor Carballo Calero, en Ferrol)

    •           This is the typical Ferrolana House, with galería a la altura of the ground!
    •           Excuse, Sir, and the wall? Where is the wall?
    •          Oh, yeah, yes, Pink Floyd…. For there…
Dicen que las Meninas nacen con un fin reivindicativo, las Meninas de Canido, que las del gran Velázquez, descansan en el Museo del Prado, ajenas a sus jóvenes hermanas, réplicas modernas que inspiradas en lo agónico, lo trágico, lo triste, lo humorístico, lo sarcástico, lo impredecible, lo mítico, lo exagerado, lo legendario no son más que un crisol de la personalidad del Ferrolano. Una personalidad, que da tanto miedo como responsabilidad llevar sobre la espalda.

Y volviendo a las redes sociales, las cuales, como en otrora había sido cierta publicación en papel cuché, me corona como uno de esos ejemplarizantes ferrolanos del siglo XXI, me he encontrado un vídeo sobre las declaraciones de Stephen Hawking, cuando recibió el premio Fonseca, dónde, el prestigioso científico, abala la teoría de que no estamos solos en el universo, y además aconseja vehementemente que nos alejemos de los alienígenas.

Sobre el punto de que no estamos solos en el universo, me hace recordar cierta clase de ciencias naturales de principio de los ochenta, en La Salle, cuando alguien le preguntó al profesor, don Antonio, qué opina sobre el tema. Él, sin sopesar la respuesta ni un ápice, o sea sin dudar, dijo que creía firmemente que debía haber vida inteligente en el universo, además de nosotros. Dios en su infinita sabiduría y poder no ha podido dejarnos solos, sino que ha debido crear criaturas iguales a nosotros (o de cualquier forma) para disfrutar de él.  Siempre me he sentido totalmente de acuerdo con él. No sé si en el contenido o la forma, pero sí en el resultado final. Aquéllos que hayan tenido la suerte de encontrarse en alta mar, fuera de la contaminación lumínica habrán podido comprobar la grandiosidad del firmamento, de ese estelar manto que rodea nuestro pequeño planeta azul, y no me puedo creer que en alguna parte de ese infinito espacio no exista otra forma de vida mirando hacia él y pensando lo mismo que yo.

Cuestión diferente es lo que en contrapartida al consejo de Hawking sobre no aproximarse a los alienígenas, extraterrestres o formas de vida inteligente de forma o no humanoide, ha contrapuesto el presidente de la asociación de abducidos (no sé si de Galicia o solamente de Santiago), que se podrá ver más abajo.

Cristalino es que cada uno es de su padre y su madre, y para muestra un botón. 



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